CON LA POLITICA DE
FRENTE.
+EL NUEVO ESTILO+
+EL NUEVO ESTILO+
El PRI y sus antecedentes (PNR,
PRM) tiene un marcado estilo de gobernar, un estilo ligado a la
institucionalidad, la elegancia política y las buenas formas, se reconoce como
un partido de centro, haciendo de este calificativo un verbo que define el
actuar sobrio de conducirse, no conservador como la extrema derecha, tampoco irascible
y contestatario como la extrema izquierda.
Gracias a esta vocación que se
argumenta, se logró gobernar desde el centro a un país como el nuestro durante más
de 70 años, periodo dorado en el que se logró una notable prosperidad y
gobernanza a comparación de las otras naciones latinoamericanas que lo mismo tenían
un golpe de estado o una guerra civil una década y otra también.
Dentro del partido gobernante el
nacionalismo revolucionario lograba tener sus matices (los rojos y los verdes)
pues lo mismo gobernó un hombre de tendencia de izquierda, nacionalista,
humanista y poco carismático como el “Tata” Lázaro Cárdenas (que hoy en día
bien pasaría como el más encumbrado bolivariano), como también gobernó un carismático
Adolfo López Mateos de tendencia más occidental y sabedor del contexto global
que se avecinaba.
La predominancia de un solo
partido gobernante no era defecto y nada tenía que ver con una opresora tiranía,
era más bien virtud de un expresión política tan amplia que encontraba en su
seno la estabilidad y gobernanza que requiere toda nación emergente.
Lo anteriormente descrito
implantó en el ADN del político revolucionario una institucionalidad mal
entendida, de a poco el oficialismo se fue haciendo la causa y no el medio por el cual transitaba la política,
es ahí donde podemos encontrar el punto de quiebre donde otras opciones políticas
empezaron a ser más representativas.
Hay quienes se resisten a
entender que esos tiempos ya pasaron y que la política hoy exige nuevas formas
de abordarla, no se puede seguir en la vaguedad y en la indeterminación del
devenir político, se debe de dejar de hablar en plural y en tercera persona, ya
no cuidar el discurso para no comprometerse y tampoco abusar del tono bajo y
pausado pensando que se proyecta sabiduría y dominio del tema.
Era común en aquellos entonces
asociar el apasionamiento como muestra de una inmadurez política, se debe dejar
el cálculo político, el ser amigo de todos y preocuparse más por el que dirán y
por lo tanto cuidar lo que se dice.
Hoy se exige convicción, defender
banderas, tener posicionamientos claros y contundentes pero además comunicarlos
de manera atingente, tener una opinión de cualquier tema (por equivocada que
parezca), tener una visión que defender y sobretodo ser congruente con ella.
Claridad en los temas y valentía en
exponerlos:
SI a la Legalización de la Marihuana,
SI al Aborto.
Si a las Sociedades de Convivencia.
NO a un Fiscal Carnal.
Ser irreductible en tus
posicionamientos sabedor de que la razón y el argumento te acompañan, que el
representante popular renuncie a la concertacesion, que deje de improvisar cual
gran negociador tras bambalinas para después salir al escenario y tratar de
justificarse ante todos argumentando oficio político.
Hoy la representación política es
para los defensores de causas aunque estas sean contra corriente y por demás adversas,
y si se tiene la oportunidad de ser gobierno, razón de más para ser explícito y
claro en tus acciones y el fin que busca, comunicar y comunicar bien es ya
ineludible para la política de estos tiempos.
Mentira que en la política nada
es personal, la política es en escencia entrañable ya que se origina en la
naturaleza de quienes somos y lo que hemos vivido y proyecta lo que buscamos y
queremos ser.
No se trata de parecernos a
nadie, ni de imitar la polarización que está viviendo el mundo, se trata de ser
congruentes con lo que postulamos y defendemos y de reinventar el estilo de la
Social Democracia en el Siglo XXI, por uno más valiente e inspirador que logre
motivar y reflejar las causas sociales.
¿Aun tenemos dudas de que
tenemos que cambiar?
No deja de ser el sentimiento de un priísta, quizá la derrota actual les hizo pensar en general, en un cambio que bien pudieron hacerlo cuando la misma sociedad se los exigió... Quizá no sea su caso, pero hay infinidad de casos que vemos a nivel nacional e internacional, olvídese de que cite los casos por cada municipio y estado. En fin, planteén algo concreto y sobre todo, en pro de la sociedad más necesitada, aquella que sólo usan en épocas electorales. Sigo insistiendo, es un sentimiento eso de pertenecer a un gremio político, pero mejor que pertenecer al azul y hoy al de moda, Morena, la mal llamada esperanza de México...
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